"Estoy muy ligado a este lugar y lo siento como que fuera mi casa", así define Rolando García Gómez su sentimiento por el Auditorio Juan Victoria. Él está a cargo de este emblemático espacio desde 2015, pero su vínculo con el complejo arrancó cuando tenía 16 años, momento en que empezó a estudiar en la Escuela de Música.
En su faceta de músico, Rolando cuenta con una trayectoria importante, gran parte de la cual tuvo lugar en este icónica sala. Es que allí no solamente hizo conciertos solo y acompañado, sino que también pasó un corto tiempo como alumno, trabajando con su antigua empresa de sonido con grabaciones de disco, como productor artístico y hasta llegó a tener la concesión de la tradicional confitería.
Pero justamente cuando estuvo desvinculado del Juan Victoria, ya que estaba realizando una gira por Costa Rica, recibió un llamado que tenía como finalidad que quedara a cargo del Auditorio. "Era algo que esperaba y que imaginé que llegaría. Con mi experiencia en distintos lugares del mundo vislumbraba mucha acciones que se podían hacer allí. Aceptar la propuesta implicaba un compromiso grandísimo, pero es algo que tenía ganas de hacer".
Hoy el Auditorio cumple su quinta década de vida y su director considera que el complejo tiene un balance sumamente positivo. "Creo que el ingeniero Juan Victoria, junto a las mentes maestras con las que se rodeó para dar vida a este proyecto cultural, cumplieron su sueño. Desde lograr este edificio que es muy valorado por la arquitectura, hasta poder proyectar, a través de este espacio, la música y los músicos", reflexiona.
Otro logro fue mantenerlo en el tiempo, lo cual el músico lo adjudica al cuidado por parte del personal.
"El complejo llegó a estos 50 años con un nivel de música muy bien ejecutada y músicos muy comprometidos. Por otro lado, la gente se apropió del lugar y cuida está valiosa joya", destacó y agregó que: "Tenemos Auditorio para rato".
