El agente sanitario ante un nuevo desafío, conservar el vínculo en pandemia

Dos profesionales de Rivadavia y San Martín cuentan cómo fue adaptarse a la nueva tarea y a la vez continuar siendo de manera remota el nexo con la comunidad.

La pandemia de COVID-19 significó un reto para todo el equipo de salud que se tuvo que adaptar a las nuevas circunstancias, aprender los nuevos roles, modificar su estructura de trabajo y continuar siendo ese gran sostén en la contención de las personas. Siempre estuvo a la altura. Este también es el caso de Jésica Herrera y Diego Tejada, agentes sanitarios del CAPS Antonio Cordero en San Martín y del CAPS San Justo en La Bebida, respectivamente.

Diego: “Hubo una refuncionalización del rol volcado ahora a actividades específicas, como en el brote de COVID en Caucete. Ese primer hito llevó a bloqueos y relevamientos sobre COVID en territorio y tuvimos que abocarnos a tareas en zonas que están más allá de las áreas programáticas en las que estamos habituados a trabajar”.

“Además, lo que atravesó este tipo de bloqueos fue la impredictibilidad en relación a dónde iban a surgir los brotes y en qué momento. Por lo tanto nuestro trabajo pasó de estar pautado en un horario cotidiano, rutinario, a tener un sentido de alerta permanente, en relación a dónde podía surgir un brote, tener que movilizarnos de inmediato y sin saber con precisión a qué hora podía terminar porque el trabajo estaba guiado por el cumplimiento del objetivo que era acabar con el operativo de bloqueo y hacer el relevamiento en todos los barrios”.

“A nosotros se nos indicaba la carga de datos en planillas diseñadas por el ministerio donde se buscaba establecer primero si existía la presencia de algún contagiado en la familia, y a su vez la trazabilidad, es decir, si estos miembros habían estado en contacto con casos positivos, con casos probables. También tratar de establecer si esa familia requería algún tipo de ayuda social, o de salud, ya que por la pandemia hubo personas que perdieron su trabajo, vieron afectada su fuente de ingreso laboral y quedaron desvalidas en lo económico, en lo social. Los bloqueos servían también para establecer un diagnóstico no solo en cuanto a COVID específicamente sino también en las situaciones socioeconómicas sanitarias generales de las familias”.

“Una vez establecida la circulación comunitaria se inauguraron los centros de hisopados, y con esto otras tareas periféricas a los testeos y a los resultados positivos que fueron el seguimiento de los pacientes positivos, la realización de triage, entre otras”.

Jésica: “En ese momento se armó el Comité de COVID, del que yo participé, y en el que hacíamos el seguimiento a medida que iban dándose los casos positivos, nos dividíamos porque eran muchos, entonces hacíamos el seguimiento con llamados. Les preguntábamos si necesitaban certificado, luego el alta, y fundamentalmente teníamos que estar en esa contención con los pacientes”.

“Hacer todo ese seguimiento también fue satisfactorio porque sentís que le servís a los demás. Sentís que la otra persona se siente acompañada, contenida. Te contaban cosas. Y después me pasó a mí, con lo cual pude también ponerme en el lugar de esas personas”.

“Después comenzó la vacunación, en donde también cumplimos un rol muy importante, hacemos triage, o recibíamos a las personas en mesa de entradas, o cargando datos”.

“Para mí cambiaron muchas cosas porque en el lugar donde yo estaba, en el centro de salud hacíamos talleres, charlas, estábamos acostumbrados a un ambiente de trabajo. Salíamos a terreno, con la comunidad más cercana que ya conocíamos, después comenzó el rastrillaje y a partir de ahí cambió todo. Fue muy fuerte. Había mucho miedo, en lo personal llegar a mi casa y pensar en el virus, que habías estado en contacto con tanta gente. Fue muy movilizante”.

“Lo que no cambió fue el trabajo, seguimos trabajando muchísimo. Fuimos la primera línea, y siempre estuvimos en contacto con la comunidad, por teléfono, haciendo seguimiento a embarazadas, a enfermos crónicos. Ahora ya estamos volviendo al terreno y nos encontramos con una comunidad distinta, con dudas, y no es el mismo recibimiento que teníamos antes. Sigue habiendo miedo pero de a poco las personas empiezan a contarte cosas”.

Diego: “En lo personal sigo afectado a la vacunación, de todas maneras, por lo que sé de mis compañeros es una vuelta desafiante porque tiene que ver con volver a familiarizarse con el rol que originalmente teníamos, con volver a pasar del sostén de la urgencia. Llámese porque este era un sostén específico de urgencia atravesado por la ansiedad y por una demanda específica a pasar al sostén epidemiológico más general que es amparar a familias. Durante lo que podemos llamar pandemia dura y pandemia blanda inevitablemente hubo una elevación de las barreras en el derecho al acceso a la salud, las secuelas de ese distanciamiento y esas dificultades que han tenido las familias en acceder a la salud, los tuvimos que dejar de lado y ahora decirles, bueno, venimos por ustedes de vuelta”.

Modificado por última vez en Jueves, 09 Diciembre 2021 19:42