Al calor de una salamanca que les permite hacer frente al frío, Jorge Luis Zárate, presidente de la cooperativa de trabajo Metalúrgica Pocito Norte, cuenta en el Día del Cooperativismo cómo nació la empresa que le da trabajo a 16 familias sanjuaninas.
“Metalúrgica Pocito Norte nació como asociación, en la visita al taller de la directora de Cooperativas, Sandra Lirio, nos asesoró técnicamente. Veníamos trabajando como cooperativa sin saberlo; he dedicado toda la vida a esta actividad, mis sobrinos empezaron conmigo cuando eran chicos, ya son hombres casados, somos todos familiares y hoy, socios”, manifestó Zárate.
Uno de los tantos sanjuaninos beneficiados por el cooperativismo reconoce que, el acercamiento del Gobierno a su lugar de trabajo les dio posibilidad de ordenar su documentación, de incorporarlos dentro del marco reglamentario específico para los emprendimientos autogestionados y operar de forma legal en el mercado, brindándoles, además, seguridad social.
Ya como cooperativa conformada, accedieron al Programa AINCO Línea III, cuyo beneficio constó de tres máquinas soldadoras y una amoladora, oportunidad en que el presidente de Metalúrgica Pocito Norte refirió que desde que trabaja en el emprendimiento junto a sus socios, es la primera vez que un gobierno les proporciona asistencia.
“Teníamos máquinas deterioradas, en ocasiones de dos hacíamos una. Por la situación económica nos era muy difícil renovarlas, hay veces que solo sacamos para llevar algo de plata a la casa y no alcanza para comprar una herramienta”, añadió.
Jorge Luis es trabajador metalúrgico desde hace más de 30 años. Las primeras incursiones en su labor con los metales fueron en la escuela secundaria, cuando aprendió a realizar los tan mentados accesorios de parrilla, o bien, las palas para recolección de basura.
Al dejar la escuela, empezó a realizar soportes para televisores, además de fabricar parrillas y canastos de basuras. Vivió en Buenos Aires, donde trabajó en un taller metalúrgico adquiriendo experiencia muy valiosa; con su vuelta a San Juan, emprendió su taller.
Los trabajos aumentaron de magnitud, yendo de puertas, a portones, pasando por la fabricación de grandes galpones; e innovando con implementos agrícolas como máquinas para riego en goteo, o para la plantación de siembra directa.
Trabajando con el vaivén de las crisis económicas, los socios integrantes de Metalúrgica Pocito Norte, Jorge, Juan y Rubén Zárate, Daniel, y José Luis Morán, y Miguel Carbajal, llegan temprano en la mañana al taller y dependiendo del día de fajina que toque, extienden la jornada laboral hasta las 20 horas de ser necesario.
A la hora de soñar, Jorge lo hace con transformar la cooperativa en una empresa competitiva, para ello han incorporado un arquitecto para ser asesorados y creen necesario integrar a un especialista en Higiene y Seguridad; si bien se resguardan con elementos de protección y procuran los cuidados básicos, tienen en cuenta que la actividad metalúrgica conlleva situaciones de riesgo en forma permanente.
“Tenemos el personal y la capacidad para realizar trabajos de gran envergadura, nos faltan herramientas e infraestructura para poder crecer. Vamos de a poco, ya hemos recibido una gran ayuda por parte del Gobierno”, agrega.
Algunos trabajos son tercerizados, por tanto, la metalúrgica se transforma en fuente laboral para electricistas, herreros, plomeros, fleteros, entre otros oficios afines a la actividad.
“Llegamos a ser 16 familias y si es un trabajo grande somos más de 25 que podemos llevar pan a la mesa con el esfuerzo de nuestra labor”, detalla.
“Todos los lunes venimos a trabajar y la peleamos para salir adelante con el taller, nunca hemos bajado los brazos, tenemos un mismo compromiso, así, sostenemos el sueño del otro, de todos. Eso es para nosotros ser cooperativista”, finalizó Zárate.
