La capacitación estuvo a cargo de profesionales del Instituto Coordinador de Ablación e Implantes de Mendoza (Incaimen) y participaron integrantes de la Unidad de Procuración, Ablación y Trasplante del Hospital Rawson, del Instituto de Ablación e Implante San Juan (Inaisa) y profesionales del ámbito público y privado de la salud.
Acerca de la importancia de esta jornada, una de las disertantes, María Marta Abate, quien es licenciada en Psicología, especialista en cuidados paliativos y se desempeña como psicóloga en el Incaimen, .explicó que “la experiencia que hemos traído para compartir es lo que implica poder trabajar la ablación de córneas en los pacientes que están en proceso de fin de vida por enfermedades amenazantes para la misma, específicamente las enfermedades oncológicas y cómo hemos podido trabajar con el paciente y con la familia, poder pensar la donación como un cierre a la vida del paciente y como una manera de trascender, como un acto que también beneficia a ese sistema familiar”.
En este ámbito del trabajo con pacientes oncológicos como posibles donantes es importantísimo el trabajo con la familia del paciente, lo cual suele tener resultados conmovedores: “La experiencia con el familiar es como una cadena de gratitud, porque en sistemas familiares tan limitados, condicionados por lo que implican las enfermedades de este tipo, poder pensar la donación es gratitud, porque hay algo en el orden de lo sano de ese cuerpo que es posibilitador y también es reparador para la familia. La experiencia y la idea que queremos pasar en limpio es esto de que la donación no solo colabora en la reducción de lista de espera, que es el objetivo madre en todos los organismos procuradores, sino también es reparador y sirve a la familia donante”.
Un aspecto siempre difícil para facilitar los procesos de donación es el derribar los mitos y prejuicios instalados en la población, y al respecto la Lic. Abate sostiene: “Me gusta pensar que tenemos menos mitos por romper de los que teníamos antes a la hora de la confianza de la gente en la donación de órganos. Siempre quedan, pero a medida que uno va explicando, con un proceso de comunicación claro, efectivo y afectivo, logra erradicar los mitos, a la vez que hace equipo y suma a la familia. Esa familia que dona, que se queda tranquila y recibe su carta, es el mejor agente sanitario a favor de la donación, es un trabajo en réplica, en onda expansiva”.
La otra disertante fue Daniela Aldunate, médica especialista en terapia intensiva, coordinadora operativa del Incaimen y trabaja también en cuidados paliativos en el Hospital Central: “La capacitación siempre es fundamental porque a veces los temas de donación y trasplante son un poco más relegados porque es como una última etapa del proceso y la donación a veces no genera la necesidad de otros aspectos, por eso que nos hayan invitado es súper enriquecedor porque capacitar va a llegar a otros lugares en donde necesitan ser capacitados y surja la necesidad en otros lugares como un efecto derrame”.
Si bien la aprobación de la Ley Justina ha significado un gran avance en los procesos de ablación y donación, sigue siendo necesario e imprescindible el trabajo de dialogar y concientizar a los familiares: “En esto justamente entra mucho la parte de cuidados paliativos porque entendemos que la familia es todo un sistema en el que tenemos que tener empatía, que tenemos que abordar e incluir en este sistema de salud, entonces no se trata sólo de informar y poder estar cerca, poder sacar dudas y estar presentes en el momento en que necesitan ser apoyados por el sistema de salud. Justamente en este momento, para el fin de vida es que también tienen la oportunidad ellos de apoyar y dar más vida después”, explicó la profesional.
Otro tema tratado fue la incorporación de los procesos de ablación extrahospitalaria: “Es una posibilidad más que también existe, que antes quizás era más hablado, ahora se ha sacado al frente porque se puede hacer. En Mendoza tuvimos una experiencia, una ablación y donación de tejidos en un domicilio y en San Juan tienen muchos pacientes paliativos domiciliarios, entonces esto también se puede extrapolar del hospital hacia otros ámbitos y se puede hacer totalmente porque es fácil, no requiere muchos recursos”.
