La Vuelta de San Juan tiene una etapa que se lleva toda la atención, incluso los competidores saben que la oportunidad de probarse el traje de candidato de ganador de la general está en este tramo. No importa que día esté programada, la asistencia de público masivo está asegurada, es la tradicional subida al Colorado.
La Salud de Jáchal y Valle Fértil al servicio de la Vuelta
Son 169,5 kilómetros de constante ascenso, porque se pasa de los 640 msnm de la Ciudad a los 2.565 de altura del paso más alto en la ruta 436 rumbo a los valles iglesianos. Y esto conlleva un desfasaje importante de temperaturas porque de las elevadas que se perciben en el valle de Tulum en pocos kilómetros comienzan a descender, aunque el sol sigue siendo agresivo.
Los espectadores se apostaron al costado de la ruta para ver pasar a los ciclistas desde horas tempranas, con el inconveniente natural de que practicamente no hay sombra en ninguna parte del recorrido de la carrera, excepto al salir del departamento San Martín y al pasar por Albardón. Desde Campo Afuera hasta El Colorado: sombra sólo al lado de una jarilla.
Los equipos de salud de las áreas programáticas de San Martín y Albardón estuvieron acompañando al público y realizando actividades de promoción de la salud y, como era necesario en esta oportunidad, aconsejando para evitar el golpe de calor durante el paso de la caravana. Durante la competencia estuvo afectado el helicóptero de la provincia para aerotraslados de posibles heridos de consideración. Dentro de la carrera actuaban las ambulancias de ECI, 107 y las que pertenecen a los hospitales departamentales.
Aeroevacuaron a dos ciclistas y una embarazada
Por esto fue necesario que el público recordara las recomendaciones del ministerio de Salud Pública sobre los efectos del golpe de calor. Y la campaña constante tuvo efecto ya que la mayoría de ellos se resguardó de alguna manera para que el sol no les diera directo. Se pudo ver a niños que eran protegidos con gorras y protectores solares y fue una constante ver el consumo de agua fresca.
Gazebos, carpas, toldos, techos armados con lonas, todo sirvió para que el intenso sol no les llegara directo a la piel. Ya en la zona de llegada, la instalación de las familias estuvo más organizada con estos elementos que los resguardaban. Aunque en esta oportunidad, la presencia de nubes y temperaturas más bajas colaboraron a que no se sintiera tan fuerte el calor. Incluso lloviznó de manera intermitente y eso también ayudó a que la espera por los ciclistas fuera mucho más agradable.
Recomendaciones para el golpe de calor
