En todo el mundo, el 27 de abril es el día del Diseñador Gráfico, pero en Argentina se celebra el 24 de octubre. Este día, pero de 1966, egresó de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza), Haydée Stritmatter con el título de Diseñadora Gráfica y Productos del país.
En el Estado sanjuanino trabajan muchos diseñadores, ya sea de manera directa como parte de la planta permanente, como tercerizados a través de agencias de publicidad. El objetivo es el mismo, lograr comunicar, y mejor a través de la artística, la gestión del Gobierno.
Sin darnos cuenta, convivimos con miles de diseños a diario, desde una remera con un logo extravagante, pasando por un vehículo ploteado, un banner que se imprime justo a tiempo o la marca de un gobierno que se muestre fuerte ante la comunidad. Los medios de comunicación evidencian el trabajo final en todas sus expresiones.
El trabajo de un diseñador gráfico es de vital importancia para un mundo que cada vez se hace más ávido de imágenes y mensajes que tengan calidad artística. Ya no sólo la utilidad radica en “embellecer” el afiche, sino que es un aliado fundamental del comunicador para expresar lo mejor posible una idea.
El público percibe con gusto un mensaje reforzado desde el diseño gráfico, pero desconoce que en el camino hubo un sinfín de correcciones, vueltas a cero, cambio de color, miles de mails pidiendo la aprobación y recibiendo correcciones, que en la mayoría de las veces, carecen de una observación profesional. Pelear para que la imprenta o el medio respete los formatos, tamaños, colores, calidad, etc, etc, etc. Demasiado estrés que desaparece cuando alguien, al pasar, dice “me encantó tal campaña…” y ahí se infla el pecho y se olvidan los malos ratos, es ahí cuando el diseñador sabe que cumplió su objetivo.
Por ver las cosas con otros ojos, por expresar las ideas con un par de líneas y rellenos, por escuchar incansablemente a los “sabios” clientes, por plasmar un proyecto de mil días en una marca, por esto y mucho más, feliz ¡Día Diseñadores de San Juan!.
