Laplagne manifestó que “necesitamos cambiar el paradigma socio cultural de donantes obligados por el paradigma de donantes voluntarios, que son mucho más seguros, son personas que vienen a donar con una consciencia diferente. Solamente con un 2 % de la población, o sea 20 mil sanjuaninos que donen dos veces por año estaría cubierto todo el requerimiento transfusional de San Juan”.
“El donante voluntario sabe a qué viene, está concientizado y vuelve solo. El problema es el donante obligado, el donante de reposición, esa persona sabe que viene a que le saquen sangre, pero desconoce que hay un proceso de donación de sangre, y no tiene idea de lo importante que es su intervención en ese proceso”, señaló el profesional.
Y agregó: “Nosotros hacemos colectas, la idea es facilitarle a las personas que quieran donar, ir hacia el donante. A la gente le cuesta mucho incluso acercarse a las colectas. De tener el 2 % de donantes voluntarios en 2005/2006, logramos el 40% en 2015”.
“También entre otras cosas hacemos la captación de donantes de médula. La posibilidad de que uno sea compatible con otra persona no familiar, no hermano, es bajísima. Entonces existe un Registro Nacional de Médula Ósea, que comparte su base de datos con registros internacionales. Desde el IPHEM tratamos de captar la mayor cantidad de personas que quieran anotarse en esa base de datos”, comentó.
“Como los requisitos para ser donante de médula son los mismos que los requisitos para donar sangre, la persona hace su donación, manifiesta su voluntad de quedar en ese registro y con un trámite muy sencillo que es una firma y un par de datos personales extras, mandamos a Buenos Aires una muestra de la sangre de esa persona con el formulario donde se manifiesta donante”, explicó.
Y finalizó: “La idea es facilitarle al donante para que pueda hacerlo, tratar que ese donante vuelva, y se sienta bien atendido, que se sienta bien contenido, que el desayuno este rico, por eso el esfuerzo de promocionar el IPHEM, de salir, de armar colectas”.
