Cada 2 de julio se celebra en la provincia, el Día del Trabajador/a Social, en homenaje a quienes prestan servicios de orientación y resolución de diversos problemas que presente la comunidad sanjuanina.
Esta intervención de profesionales es fundamental para asistir ante cualquier necesidad que se presente, brindando contención y acompañamiento a cada familia, ya sea ante la actual situación sanitario o ante cualquier desastre natural que se pudiera presentar.
Esta fecha fue instituida en 1961 durante las Segundas Jornadas Nacionales de Servicio Social, eligiéndose el día en que entonces se celebraba la Visitación de la Santísima Virgen. Constituye un homenaje a los profesionales del trabajo social, quienes prestan servicios de orientación y resolución de diversos problemas de la comunidad, tanto en instituciones públicas como privadas.
El trabajador/a social se enfrenta a las desigualdades e injusticias que existen en la sociedad, responde a las crisis y emergencias sanitarias actuales, asistiendo a cada sujeto de derecho cuando se encuentra en situación de vulnerabilidad.
En ese sentido, el Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social, cuenta en la actualidad con 123 profesionales del trabajo social, quienes cumplen funciones en cada una de las áreas de la cartera. Entre sus tareas se encuentra el abordaje integral de niños, niñas, adolescentes, mujer y colectivo LGTBQI+, así como cualquier persona en situación de vulnerabilidad.
Este escenario también pone en agenda la necesidad repensar el territorio, en tiempo donde la virtualidad tomó un rol importante, modificando las estrategias de intervención estatal.
María Ángeles Zamora (Mat N° 576), cumple funciones en el en el Centro Socio Educativo Nazario Benavidez, dependiente de la Dirección de Niñez Adolescencia y Familia. Al respecto expresó “es un lugar complejo de trabajo en donde hay jóvenes privados de la libertad. Creo que ser Trabajadora Social en el Nazario tiene que ver un poco con potenciar al máximo lo aprendido y enriquecer todos esos recursos ya que la realidad nos presenta situaciones que no existen en los libros. Es un desafío constante, diario y que nos obliga a adaptarnos para contener de la mejor manera a los jóvenes en este contexto”.
A su vez, Marina Del Carmen Rodríguez (Mat. N°150) trabaja en la Dirección de la Mujer hace 25 años y cuenta que “ser Trabajadora Social es principalmente ser empático, ponerse en el lugar del otro, para que a partir de tus conocimientos puedas apoyarlo y contenerlo. Es también convertirse en guía en la búsqueda del camino que esa persona necesita. Esta función es clave en situaciones de violencia y vulneración de derechos en las mujeres".
Además, Rodríguez da cuenta “la virtualidad ha tomado una relevancia importante. Hemos fomentado muchas entrevistas telefónicas, desde ese lugar asesoramos, acompañado en el proceso de toma de decisión de la mujer".
Por otro lado, Laura Quilpatay (Mat. N° 404), quien cumple funciones en la Dirección de Políticas para Personas Mayores manifiesta “Creo que en esta época de pandemia aportamos mucho a la contención, con todas las problemáticas que se presentan en las personas mayores. Hablamos principalmente del abandono, en donde nuestra contención se vuelve clave. El sentirse escuchado es muy valorado. De cualquier manera, disfrutamos el territorio, ir a la casa de esa persona mayor que necesita asistencia”.
Para finalizar, la profesional María Eugenia Pérez Ruarte (Mat. N°773) cumple funciones en la Dirección de Planificación, Evaluación y Monitoreo del Observatorio Social y declaró: “Para mí ser trabajadora social es un camino en la búsqueda de igualdad de derechos y de equidad. Se trata del empoderamiento de los más vulnerables, el bienestar desde un lugar empático, brindando herramientas para que puedan salir adelante por sí mismos”.
