Un equipo de profesores y personal de Prensa y Comunicación de Secretaría de Deportes viajaron al departamento Sarmiento para conocer las actividades de los clubes de Adulto Mayor. En el camping municipal funciona uno de los grupos y allí practica deporte Dolores Iris Mereles, conocida como “Muñeca”. A sus 80 años, sin dudas es ejemplo de superación y ganas de vivir. Cuando Dolores llega al camping, la energía que tienen sus compañeros se modifica y ella con su sonrisa y buena predisposición cambia el humor del grupo. “Cuando ella no viene, el grupo no es el mismo”, dice Barbarita Cortez, otra integrante del club.
La vida de “Muñeca” no fue para nada fácil, sin embargo las ganas de salir adelante pudieron más. La enfermedad de su esposo (tuvo cáncer de estómago) la marcó y entró en un estado depresivo, que la tuvo por muchos años encerrada en su casa y aislada de la sociedad. “Tuve a mi esposo con una enfermedad grave, sufrió por cuatro años, y eso tanto a mí como a la familia nos marcó por siempre. Fueron muchos años que no pude salir de la angustia, el dolor y la impotencia”, contó entre lágrimas.
Por suerte para ella apareció hace tres años una actividad que le cambió la vida y la forma de ver las cosas, el programa Club de Adulto Mayor. Dolores comenta que “fue como empezar en una escuela, aprendí a compartir momentos con mis compañeros, y me permitió empezar a salir poco a poco del estado depresivo que tenía hasta ese momento. Me pude relajar y disfrutar de los deportes y las actividades que ofrece este hermoso programa”.
Mereles, por razones económicas, no tuvo la posibilidad de ir a la escuela, entonces el club le brindó la chance de pasar momentos con sus compañeros, aquellos que no tuvo en su infancia y adolescencia. Sin embargo, considera que a sus hijos nunca les faltaron valores como el respeto y la educación. Gracias al trabajo que tuvo como vendedora de semitas en la Escuela Agrotécnica Sarmiento pudo criar a sus hijos y darles la posibilidad de ir a un establecimiento educativo. “Con mi esposo trabajamos siempre un montón, él me ayudo a hacer semitas y vender durante muchos años. Con frío, lluvia, enferma, o en las condiciones que sean, por 24 años fui a esa escuela. Eso para mí es motivo de orgullo y felicidad”. Tal es así que sus hijos asistieron a esa institución y pudieron egresar en la misma. “Mi hija mujer es licenciada en Psicología y trabaja allí; otro motivo de satisfacción”, agregó.
Estados de felicidad, tristeza, sufrimiento, depresión, alegría, entre otros, pasaron por la vida de Dolores, quien ahora disfruta con sus compañeros en el camping municipal de deportes como el sapo, tejo y ajedrez. También aprovecha para bordar, realizar bailes y juegos, entre un mate y otro que le ceba una compañera.
“Uno espera para venir acá todos los martes y jueves, prepara el bolsito con el mate. Mariana es muy buena profesora y tienen mucha paciencia, nos permite hacer lo que podemos y lo que nos gusta. Con mis compañeros estamos juntos en las buenas y mucho más en las malas, y el aporte de la Secretaría de Deportes es fundamental. Pedimos que nos sigan ayudando, no sé si lo merecemos, pero sí lo necesitamos”, cerró diciendo.
