Después de estar tres años en Europa, Facundo Medard sentía le necesidad de reencontrarse con sus afectos, caminar por las calles del barrio, compartir un café o un asado con sus amigos; por ello es que en septiembre, aprovechó una pausa en sus obligaciones en España, se tomó unos días para estar en San Juan, donde se encontró con un duatlón, no pudo con su genio, se inscribió y lo ganó.
Para saber de sus cosas en este tiempo es que charlamos con él.
“A Europa, en su momento, fui a entrenar porque venía de ser subcampeón sudamericano y campeón gallego; la idea era poder dar un paso más, ya que España es una de las potencias mundiales en triatlón y el propósito era seguir mejorando y tener roce con el más alto nivel.
Me pude adaptar bastante bien, tener mi equipo y poder tener roce con el mayor nivel de triatlón en España, ver y vivir el por qué ellos son potencia en este deporte.
La idea era poder crecer en lo deportivo e ir cumpliendo mis objetivos a corto plazo, pero mi situación económica era insostenible por lo cual tuve que, primero cubrir mis necesidades básicas, por lo que empecé a trabajar y retomé el estudio y las capacitaciones.
Estoy seguro que en mi mejor momento lo tuve que dejar de lado. Hoy en día, después de la situación que pasé y no recibir el apoyo necesario, entendí que la prioridad iba por otro lado y cuando quiera hacerlo no depender de nadie y llevarlo adelante porque me gusta”.
Respecto a cómo reparte su tiempo entre estudio, trabajo y entrenamiento, Facundo cuenta: “Estudiaba medicina y al no homologármelo, arranqué a estudiar algo referido al deporte, Terminé de estudiar acondicionamiento físico e hice un curso de triatlón, trabajando hoy con dos equipos de triatlón y uno de atletismo, que ya lo hacía mientras estudiaba.
Actualmente estoy en La Coruña, al noroeste de España; me he mantenido ahí todo el tiempo. Estoy muy contento donde vivo, me gusta mucho.
De San Juan extraño a la familia y amigos y la verdad que, desde que he llegado, estoy de asado en asado, mi prioridad es ponerme al día con ellos y aprovechar el tiempo compartido; por supuesto que me mantengo activo y el deporte es mi estilo de vida, hoy en día entreno porque lo disfruto, no para ganar algo”.
En relación a esa necesidad de afecto de los seres amados, dice: “Extrañaba que mi familia me pueda ver dando lo mejor de mí, independientemente del resultado. Han sido años muy difíciles y el afecto es fundamental. Por suerte, he podido hacer buenos amigos en España, que han hecho que pueda seguir adelante.
Ahora, la idea es quedarme hasta febrero en la provincia, regreso trabajando para un equipo de triatlón llamado Mar de Artabria lo cual son un grupo hermoso y disfruto mucho poder enseñarle y transmitirles mi afecto y experiencia y yo compito para el Club Triatlón Arteixo”, concluye uno de los triatletas más importantes de los últimos tiempos en San Juan.
