El equipo de salud de la Secretaría de Estado de Deportes, comandado por el licenciado Franco Chancay, trabaja a diario con los deportistas que integran el programa de Alto Rendimiento y Desarrollo.
Dicha área permite que los atletas que pertenecen al mencionado programa puedan visitar centros de salud o clínicas para realizarse chequeos en forma permanente, como así también ser asistidos por el equipo de salud en forma permanente, desde el momento en que se presenta la lesión en adelante, incluso cuando la recuperación ya es un hecho.
Hace un mes atrás, Gonzalo Molina participó en una nueva fecha de la Copa del Mundo, disputada en Bakú, capital de Azerbaiyán. En la primera manga y cuando estaba realizando una buena competencia, el sanjuanino sufrió una caída y un posterior golpe en la muñeca y en el hombro. Esta situación le provocó un traumatismo en ambas partes del cuerpo. Luego estuvo presente en la segunda manga, pero ya sin chances de clasificar, a pesar de realizar una buena actuación y culminar tercero.
Desde aquel 10 de junio cuando se corrió la prueba y una vez que llegó a la provincia, la recuperación del “Chalo” va en aumento, tanto es así que hoy pudo volver a entrenar en la pista del Club Bicicross San Juan, aquella que tantas alegrías le trajo cuando ganó el pasado 28 de abril, en el marco de la segunda fecha del Campeonato Argentino de BMX.
Molina combina la actividad arriba de la bici, con sesiones en la cámara hiperbárica, la cual lo ayuda a tener una mejor recuperación de la lesión y oxigenación del cuerpo. Además, junto a Chancay realiza trabajos de kinesiología en doble turno, haciendo magnetoterapia, fisioterapia, láser, trabajos de movilización y fortalecimiento de la zona afectada.
El actual campeón argentino, que se perdió el tercer capítulo del campeonato nacional debido a su lesión, continúa en franca mejoría. “Agradezco a la Secretaría de Deportes, a su equipo de salud y en especial al licenciado Franco Chancay, porque mi recuperación es muy buena. En el entrenamiento me sentí muy bien, me sentí muy cómodo. Lo único negativo es que el cuerpo me pasó factura, algo lógico porque llevaba un mes sin subirme a la bici”.
