El lunes 1 de febrero, el gobernador Sergio Uñac tomó juramento a 176 nuevos funcionarios policiales y entregó tecnología de avanzada a las fuerzas de seguridad. Durante esa jornada, San Juan se convirtió en una de las primeras provincias de Argentina en adquirir las bodycam.
Se trata de cámaras de video en primera persona -con punto de vista- (POV) creadas especialmente para el uso de las fuerzas de seguridad; permiten ser portadas en la indumentaria (chalecos, correajes, uniforme) y poseen una gran resistencia a situaciones extremas.
Al frente de la aplicación de los dispositivos de tecnología estará el Comité de Vinculación Tecnológica, compuesto por la Secretaría de Estado de Seguridad y Orden Público y la Policía de San Juan.
El comisario mayor Enrique Romero, jefe de la Dirección de Telecomunicaciones y Emergencias Policiales D-8 de la Policía de San Juan, explicó que el proyecto se encuentra en la fase de armado de protocolos para el uso de las mismas.
“La empresa capacitó a 15 efectivos de la dirección de telecomunicaciones, que a su vez capacitarán al personal que utilizará las cámaras una vez que los protocolos estén listos”, afirmó Romero.
En ese sentido, el funcionario sostuvo que aún no está oficialmente confirmado quiénes serán los primeros en portarlas, pero advirtió que posiblemente sean aquellos miembros de la fuerza que desempeñan sus tareas en la vía pública, por su inmediato contacto con los hechos delictivos de la provincia.
Entre las bondades de los dispositivos, Romero destacó que “las cámaras cuentan con una plataforma que es la única que permite leer el archivo de evidencia. Si un equipo se extravía no hay manera de que la información pueda extraerse porque estará encriptada”.
En ese sentido, el comisario mayor explicó que “cuando el efectivo tome su servicio se le asignará una cámara. El oficial al mando será el encargado de asignarla y mientras esté de turno será el único que podrá reunir toda la evidencia”.
Cabe destacar que mientras la información se extrae con datos como nombre de policía y horario de grabación, la batería de la cámara se carga para estar disponible para el siguiente turno de cobertura.
Con respecto a los objetivos de la cámara, Romero explicó que es resguardar al policía y al ciudadano, para emitir evidencia para la Justicia y complementarse con los dispositivos a cargo del CISEM.
Cómo funcionarán las bodycam
Según detalló Romero, cada policía deberá respetar un protocolo que se está estructurando. La colocación será a la altura del pecho, mediante un soporte, y su visión será la misma que la del ojo humano. El equipo se encenderá a través de un simple movimiento y contará con una grabación 'pre-evento', que irá de 30 segundos a 2 minutos. "Eso es en caso de que el policía que use el dispositivo se pierda de grabar una acción anterior. La cámara nunca dejará de grabar o se prenderán las cámaras de los policías que acompañan", detalló.
Cuando el policía ingrese a su turno, deberá colocársela y luego, al final de su horario de trabajo, deberá entregarla a la base. Allí, según aclaró Romero, la recibirá el personal que se encargará de cargar la batería del dispositivo y de descargar el material de imagen que sirva a la plataforma.
Sobre esa biblioteca de información (nube) explicó: "La seguridad será máxima. Con el contenido encriptado, al que solo tendrá acceso el personal técnico autorizado. Junto con el sistema de cámaras urbanas ya instaladas en las diversas zonas del Gran San Juan, la plataforma será capaz de crear un video en el que un hecho se pueda apreciar desde diferentes ángulos".
Evidence.com, el programa con el que se gestiona el almacenamiento de datos permite gestionar de manera simple y veloz toda la evidencia generada tanto de las cámaras Axon, como de otros dispositivos (cámaras fijas, audio de grabadoras, imágenes de smartphones, etc). Permite acceder desde computadoras en lugares remotos e incluso restringir direcciones de IP en caso de ser necesario. También gestionar evidencia por mapa GPS, palabras claves, casos y categorías. Esto permite que las búsquedas y la gestión de la evidencia sea una cuestión de segundos, en vez de horas o días.
