Desde el año pasado se creó en ámbitos de la división Servicio Social del Ministerio de Salud Pública el Consultorio de Masculinidad, que tiene la responsabilidad de atender a los hombres que llegan en carácter de victimarios de hechos de violencia menor.
Lamentablemente hoy en la sociedad se están viviendo, muy seguido, episodios de violencia intrafamiliar de distintos tipos (psicológica, emocional, física, sexual, económica), que en muchos casos, terminan en la Justicia. Estas denuncias impactan en instituciones públicas como el Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género (CAVIG) o en Flagrancia que, en este caso, actúa en situaciones que están ocurriendo en el mismo momento que se denuncia o minutos después.
En la mayoría de estos episodios, se trabaja de manera particular con las víctimas de violencia, asistiéndolas con asesoramiento, abordaje integral y acompañamiento multidisciplinario.
Pero de los victimarios poco se hablaba y en general, no se los tenía en cuenta.
Existe una real necesidad desde la Justicia de trabajar con estas personas que incurren en conductas cuestionables pero posibles de revertir. Y se habla de agentes que generan violencia intrafamiliar, muy propias del sistema patriarcal que ejerce un dominio, subordinación e invisibilización de las mujeres y de todo aquello que tenga que ver con lo femenino.
Con esta intención de dar respuestas, “educar o reencauzar” algunas malas acciones de los victimarios, y en el marco del programa de Violencia que desde el año pasado promueve la creación de “Consultorios Psico-Socio-Educativos de nuevas Masculinidades” es que nacen en la división Servicio Social de la cartera sanitaria los Consultorios de la Masculinidad en los departamentos de San Martín y Caucete. Previamente, ya funcionaba un consultorio en el Centro de Salud Aldo Hermosilla de Pocito, con esta misma metodología.
Las licenciadas Sonia Manrique y Gimena Chimino son las coordinadoras de estos consultorios, ambas pertenecientes a la división Servicio Social, a cargo de la licenciada Silvia Guevara.
Para la licenciada Chimino, “la creación de los consultorios de San Martín y Caucete implica una gran satisfacción, y un desafío enorme para el programa. Es una gran responsabilidad para los equipos poder ejecutar este tipo de actividades y tareas”, dijo.
Por su parte, la licenciada Sonia Manrique explicó que “los equipos lo componen duplas de psicólogos y trabajadores sociales, que, tras recibir el oficio judicial, pautan entrevistas con las personas (victimarios) para realizar un profundo trabajo de deconstrucción, y la manera de revertir conductas agresivas por parte de ellos”, sostuvo.
Ambas profesionales se sienten satisfechas con el trabajo realizado por estos consultorios porque tras la atención, “en la mayoría de los casos se nota un cambio positivo en la conducta y una gran apertura para cambiar ciertos procederes”, explicaron.
Si bien en algún momento las sesiones con los victimarios finalizan, hay que reconocer que nunca se les brinda un “alta definitiva” porque el consultorio siempre permanece atento y receptivo a las nuevas demandas de las personas.
Ya se ha trabajado con al menos 120 personas en los tres consultorios (80 en Pocito, 20 en San Martín y 20 en Caucete), teniendo en cuenta que en el departamento del sur sanjuanino lleva mucho más tiempo que en los del este.
El trabajo de los profesionales es todo un desafío. Hay que cambiar pensamientos y conductas de la sociedad que hasta muy poco tiempo estaba permitidas y avaladas. La deconstrucción de estos pensamientos llevará tiempo, pero se sigue trabajando. El objetivo central del personal de salud es generar consciencia en que lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo.
