Desde el 15 de mayo de 1874, los trabajadores sanitaristas celebran su día, en conmemoración a la primera obra de salubridad argentina, la colocación de la piedra fundamental de la Planta de Purificación y Potabilizadora de Recoleta en 1874 en Buenos Aires.
A partir de una mortífera epidemia de fiebre amarilla que tuvo lugar en 1871 y terminó con la vida de miles de personas, se constituyó una Comisión de Aguas Corrientes; dando inicio a la primera obra de salubridad que separaba el agua potable de las aguas servidas o aguas cloacales.
El presidente de OSSE, Guillermo Sirerol, recalcó que “Hoy, luego de 147 años, nos encontramos nuevamente luchando contra una pandemia de un virus, y el servicio de saneamiento sigue siendo fundamental para dar batalla y luchar a favor de la salud de la comunidad”.
Aprovecho la ocasión para agradecer y destacar el trabajo del personal sanitarista en el contexto del (COVID-19) “el agua es vida, y en estos momentos, la frase se vuelve más cierta que nunca. El saneamiento es clave para el control de la pandemia”.
En 1871, las autoridades y la población de la ciudad tomaron conciencia de la urgencia de establecer una solución integral al problema de la obtención y distribución de agua potable. Hoy, nosotros debemos tomar conciencia de la importancia de cuidar el agua potable y del complejo proceso de potabilización y depuración que realiza Obras Sanitarias Sociedad del Estado.
Gracias a todos los trabajadores y trabajadoras sanitaristas que desempeñan su labor con amor, con convicción, siendo conscientes y consecuentes de que sus servicios son grandes aliados para la salubridad de nuestra comunidad.
