San Juan tiene en las aguas subterráneas otra importante fuente de recursos hídricos

Los deshielos cordilleranos no solamente alimentan los ríos de San Juan sino que también recargan los acuíferos subterráneos, que constituyen una importante reserva de agua para consumo de la población y el riego agrícola.

Una parte del agua que transportan los ríos se filtra en la tierra a través de los intersticios de las rocas acuíferas y se acumulan en las napas freáticas.

En un medio donde el agua es un elemento escaso, los caudales subterráneos son aprovechados por el hombre que, mediante bombeo lo extrae hacia la superficie para reforzar los volúmenes necesarios para la vida de la provincia.

Bajo nuestros pies existen grandes depósitos de agua que pueden ser tan cuantiosos como los que corren por la superficie.

Tales acumulaciones han sido estimadas en 12 millones de hectómetros.

En 1965 el Gobierno Nacional, el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y el Fondo Especial de las Naciones Unidas para el Desarrollo acordaron desarrollar el proyecto: "Investigación de las Aguas Subterráneas en el Noroeste Argentino", que dio origen al "Plan de Aguas Subterráneas".

El proyecto concluyó a fines de 1970 y fue tal su éxito que el equipo a cargo del mismo prosiguió trabajando y en julio de 1971 se creó el Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS), mediante un convenio suscrito por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el CFI y los gobiernos de San Juan y Mendoza.

En enero de 1998, el CRAS junto con otros prestigiosos organismos de investigación hídrica del país, pasó a formar parte del Instituto Nacional del Agua (INA).

En temporadas en que los principales ríos de la provincia, el San Juan y el Jáchal, erogan pobres caudales, cobran importancia las aguas subterráneas para compensar las mermas en la superficie.

Aún con las reservas de los tres diques, Ullum, Punta Negra y Caracoles sobre el curso del río San Juan, los aportes de las aguas subterráneas son igualmente importantes.

Agua dulce y potable

El agua subterránea tiende a ser dulce y potable, debido que la circulación la depura de partículas y microorganismos contaminantes. Sin embargo, no siempre es agua segura para el consumo de la población debido a que en ocasiones, a los acuíferos llegan elementos contaminantes provenientes de actividades como la agricultura o los pozos sépticos.

Por esa razón, en los últimos años la provincia encaró un ambicioso proyecto de saneamiento mediante la ampliación de la red cloacal en todo el Gran San Juan. El proyecto redujo de manera considerable la existencia de las letrinas y las fosas sépticas.

No obstante, los acuíferos subterráneos también se contaminan de manera natural cuando hay abundancia de sales disueltas o por la erosión de determinado tipo de rocas.

Baterías de pozos

A los efectos de aprovechar el recurso subterráneo, la provincia ha construido distintas estaciones de bombeo o baterías de pozos localizadas en sitios estratégicos.

La provincia cuenta con 11 baterías de pozos. Son ellas: Benavídes, San Martín, Santa Lucía-9 de Julio, Rawson-Pocito, Sarmiento, Zonda, Jáchal, Mogna, Huaco, Iglesia y Valle Fértil, con un total de 235 perforaciones, que están en condiciones de aportar un caudal máximo de 13 m³/seg.

A nivel privado en la provincia existen alrededor de 8.000 perforaciones más con un caudal medio de entre 100 y 105 m³/h. que se emplea mayormente para el riego de cultivos.

Zonas de recarga

La principal fuente de recarga de los acuíferos es el río San Juan y se produce aguas abajo del embalse de Ullum, en la zona del cono aluvial, entre el dique José Ignacio de la Roza y el puente de Albardón.

Debido a las características granulométricas de los materiales de relleno aluvial, se produce la infiltración profunda del agua que circula por el lecho del río. Algo similar ocurre en las zonas cultivadas y en los canales de riego no impermeabilizados.

Los acuíferos están constituidos mayormente por masas de rocas permeables que permiten la circulación y la acumulación del agua subterránea en sus poros o grietas.

En cuanto a la profundidad de localización del agua subterránea, se destaca una zona de niveles profundos en el sector noroeste del valle de Tulum, en el área de recarga con valores del orden de los 90 metros. Desde esa área las napas se van elevando hasta llegar a los 10 metros y en algunos sectores el líquido directamente aflora en la superficie, al punto de dar nacimiento a los arroyos Los Tapones y Agua Negra, en el departamento 9 de Julio, o bien en las adyacencias del cerrillo Barboza, en el departamento Rawson, zona de localización de una planta depuradora de Obras Sanitarias Sociedad del Estado.

Modificado por última vez en Martes, 15 Octubre 2019 12:09