Si bien todos los programas que presenta la Secretaría de Deportes tienen un objetivo, inculcar el deporte, el Club de Adulto Mayor es especial. Las personas de 55 años en adelante disfrutan de distintas actividades, como compartir entre compañeros, que más que compañeros ya son amigos.
En este caso, el equipo de Prensa y Comunicación visitó 25 de Mayo, más precisamente el playón Virgen de Guadalupe, en la localidad de Las Casuarinas. El motivo fue presenciar un encuentro de newcom o vóley adaptado entre dos equipos departamentales, en el marco de los juegos evita. Allí se conoció una historia emotiva, la de Aurelio Guevara.
“En plena época de pandemia perdí a mi esposa, suegra y cuñada por Covid-19, fue una película de terror. A pesar de todo lo malo que le pasó a mi familia, un amigo me invitó a jugar al newcom y me cambió la cabeza para bien, es una alegría muy grande. Yo estaba depresivo, en mi casa sin ganas de hacer nada, y ahora me junto con mis amigos tanto en la cancha como en distintas casas. Somos un grupo muy unido y alegre”, contó Aurelio.
Guevara gracias al deporte superó sus adversidades, o por lo menos, aprendió a vivir de otra manera. Empezó a practicar esta disciplina deportiva y a los pocos días viajó a un torneo en la ciudad de San Rafael, provincia de Mendoza. “Aconsejo que vengan a practicar este deporte, que es muy lindo, y que compartan momentos lindos con sus compañeros”, agregó.
En dicho playón deportivo, los días lunes, miércoles y viernes de 17:30 a 20:00 se practica newcom. Fuera de esa actividad el grupo se junta a comer o a festejar cumpleaños, esa son las excusas, porque el verdadero motivo es reunirse para salir de la rutina.
Aurelio estuvo ligado al deporte desde los 14 hasta los 40 años en el Club Tupelí de 25 de Mayo. El hombre de 61 años jugó al fútbol en las distintas divisiones de la institución, hasta llegar a la primera. “Soy amante del fútbol, jugué muchos años en Tupelí y luego en un campeonato de veteranos, hasta que colgué los botines”, dijo entre risas.
Paralelamente, trabajó 21 años en un diferimiento del departamento, hasta que la empresa entró en quiebra y lo despidieron. Actualmente, trabaja en el área de mantenimiento del municipio.
Fruto de su matrimonio con Deolinda, tuvo dos hijos. Yanela, quien vive en San Juan, y Esteban, quien tiene su vida en San Luis. Román es uno de los cuatro nietos de Aurelio y lo acompaña siempre que va a entrenar. “Juega como arquero en Tupelí y va a una escuela de rugby, se contagió de mí para hacer deporte”.
Por último dejó un mensaje hacia la sociedad: “El deporte te da toda clase de valores, conocés mucha gente y te permite vivir mejor”.
