La industria del vino crece cada vez más en San Juan. Además de ser una de las principales actividades productivas de la provincia, este sector ofrece una atrapante propuesta con la Ruta del Vino, a la que se suman turistas y sanjuaninos a lo largo del año.
Actualmente, este circuito cuenta con 19 bodegas que abren sus puertas a lo largo y ancho de toda la provincia, distribuidas en los valles de Tulum, Calingasta, Zonda, Valle Fértil y Pedernal. Cada valle aporta distintas características al vino, de acuerdo a sus condiciones de suelo, clima, altura, lluvias y otros factores.
A través del recorrido enoturístico el público puede conocer la tradición vitivinícola local, la calidad de sus vinos, su proceso de producción y sus paisajes inigualable de viñedo, sol y montaña.
Estos recorridos guiados suceden en antiguas y modernas bodegas, que cumplen con los estándares básicos de calidad y servicio que exige el Ministerio de Turismo y Cultura, equipadas con maquinarias de última generación, tanques de acero inoxidable, refrigeración computarizada y barricas de roble.
En estos establecimientos se ponen a prueba todos los sentidos por medio de un amplio abanico de servicios. Según el criterio de cada lugar, se destacan la degustación y venta de de vinos, recorridos guiados, gastronomía, alojamiento y espacio para eventos sociales. Además, eventualmente, se realizan actividades especiales como espectáculos musicales, shows de magia, cocina participativa, capacitaciones, enólogo por un día, picnic en viñedos y según la época del año, cosecha de uva o poda de vid.
El público elige esta opción como una experiencia distinta. En cuanto al flujo de turistas, el número asciende en las temporadas altas que tiene el sector en la provincia como es Semana Santa, vacaciones de invierno y fines de semana largo. No obstante, el turismo de eventos en la provincia logró equilibrar y estabilizar el número de visitantes durante todo el año.
