Un día como hoy llegó al mundo el Maestro de América

Domingo Faustino Sarmiento nació en 1811 en una casa del barrio Carrascal. Fue político, escritor, docente, periodista, militar, gobernador de San Juan y presidente de la Nación.

Hijo de José Clemente Cecilio Quiroga Sarmiento y Paula Zoila Albarracín Irrazábal, su nombre de bautismo era Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. Según algunas fuentes, el nombre Domingo se le adjudicó luego, no figuraba en su partida de nacimiento.

Los primeros maestros de Domingo fueron su padre y su tío, quienes comenzaron a enseñarle lectura a los cuatro años. En 1816 ingresó a una de las llamadas Escuelas de la Patria, fundadas por los gobiernos de la Revolución, donde tuvo como educadores a los hermanos Ignacio y José Rodríguez, maestros profesionales.

Finalizados estos estudios en 1821 su madre sugirió que cursara el seminario en Córdoba, pero Sarmiento se negó, tramitando una beca para ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires que no le fue concedida. Las becas se daban por sorteo o por contactos. Sarmiento no fue sorteado y al no contar con dinero suficiente ni con familiares ni amigos influyentes no pudo continuar con sus estudios y debió quedarse en San Juan. A partir de entonces fue un autodidacta. Un amigo ingeniero lo ayudó con las matemáticas, su tío José de Oro lo ayudó con el Latín y Teología. El francés lo estudió solo, en sus ratos libres. En 1823 trabajó como asistente de Víctor Barreau en la Oficina de Topografía de San Juan.

En 1825 su tío Fray José de Oro fue desterrado a San Francisco del Monte, San Luis y Domingo lo acompañó. Allí fundaron una escuela, primer contacto de Sarmiento con la educación.

Gobernador de San Juan

Domingo Faustino Sarmiento fue gobernador de San Juan en 1862, en una provincia empobrecida y dividida, por eso trató de ordenar las finanzas y de impulsar el modelo basado en la civilización y el progreso, logrando en tan solo dos años cambiar por completo la fisonomía de san Juan con numerosas obras públicas de todo tipo.

En materia educación y cultura creó una Legislación que establecía la educación pública, gratuita y obligatoria, inauguró nuevas escuelas primarias, colegio Preparatorio, la Quinta Normal (actualmente Escuela de Enología) y Escuela de Minas (actualmente Escuela Industrial), y editó nuevamente el El Zonda. En cuanto obras públicas, incorporó alumbrado y empedrado público, apertura y ensanchamiento de calles, forestación, confección del plano topográfico de la provincia de San Juan. Desde el punto de vista económico, fomento de la explotación minera (diputación de Minas, Compañía de Minas), leyes impositivas (patentes y sellos de justicia) y en lo social, proyecto de colonización y desarrollo agrícola con los inmigrantes.

Sin embargo, la lucha, y la muerte del caudillo Chacho Peñaloza y la oposición interna que debió afrontar impidieron el logro total de sus proyectos y ante la falta de apoyo de sus comprovincianos, renunció al gobierno en 1864.

Presidente de la Nación

Sarmiento también ocupó el cargo de presidente de la Nación en 1868. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total de 1816 escuelas, de las cuales el 27 % eran privadas; la población escolar se elevó de 30 000 a 110 000 alumnos.
A fin de garantizar la educación primaria, trajo desde los Estados Unidos 61 maestras primarias; creó las primeras escuelas normales, tomando como ejemplo la Escuela Normal de Paraná, fundada en 1870.

Su muerte

En 1887 Domingo Faustino Sarmiento viajó a Asunción del Paraguay.

Regresó a Buenos Aires pero ya anciano y con su salud deteriorada por la sordera y una insuficiencia cardiovascular y bronquial, los médicos le aconsejaron alejarse de la capital argentina para evitar el frío invierno de la ciudad. A comienzos de 1888 se embarcó con su hija Faustina y sus nietos para Asunción.

El 11 de septiembre de 1888 Sarmiento falleció en la capital paraguaya, a los 77 años de edad y sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires diez días después.
Ante su tumba, Carlos Pellegrini sintetizó el juicio general: “Fue el cerebro más poderoso que haya producido la América".

Modificado por última vez en Viernes, 15 Febrero 2019 15:42