La realización ha sido organizada el Arzobispado de San Juan conjuntamente con la Comisión Arquidiocesana Justicia y Paz y Cáritas Arquidiocesana.
El primer mandatario formó parte del panel N°1 referido a:"Trabajo para la vida digna: confianza, acuerdos y acciones para salir de una situación compleja".
Del citado espacio también participaron Hugo Goransky, presidente de la Unión Industrial de San Juan; el diputado provincial y secretario general de la CGT, Eduardo Cabello; el presidente de la Federación Económica, Dino Minozzi y Laura Vera, representante de la organización social Amas de Casa de la Argentina. El panel tuvo como moderador al periodista Mauricio Bazán.
La mencionada actividad tuvo lugar en el salón de actos del Consejo Profesional de Ciencias Económicas y la apertura de la jornada vespertina estuvo a cargo del arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano.
Exposición del gobernador
En su espacio de participación, el gobernador Uñac expresó: “Es importante, más allá dela relevancia de la convocatoria y del tema a discutir, es esto también, que podamos juntarnos quienes tenemos distintas responsabilidades en la provincia, desde lo público, desde lo privado, sectores empresarios, sociales, sindicatos, la Iglesia, distintos credos.
Creo que la convocatoria es muy oportuna por el momento que vivimos los argentinos. Y la provincia de San Juan, por más que haya hecho de esta y otras tantas convocatorias el denominador común, en la que hemos podido conversar y también discutir, la decisión debe ser entendida como necesaria para lograr los grandes acuerdos que la provincia, los municipios y el mismo país necesitan.
Hemos hecho de este ejercicio una práctica común y en definitiva hemos sabido entendernos aún en el disenso, respetarnos aún en las diferencias y que estas nunca han sido tan trascendentes como para no lograr los acuerdos que nos han permitido construir una provincia que tiene espacio para todos.
Es mucho lo construido, sí, pero también debemos ser humildes para reconocer que es mucho lo que queda por hacer y creo que si miramos hacia atrás, contamos una, dos, tres décadas, quizás podamos remontarnos hasta 1810 en aquella Revolución de Mayo en que nace nuestra Patria. Quizá lo que nos ha faltado como país ha sido poder haber encontrado esas metas que deben ser comunes para todos, que deben abrazarnos a todos, más allá de las pertenencias partidarias, religiosas, sectoriales, territoriales, de habitar una provincia u otra, de habitar en sectores urbanos o rurales. Me parece que lo que debemos redefinir es eso; metas comunes que nos abracen a todos y que sean tan comunes que sean transversales a los distintos habitantes y a cada uno de los argentinos que habitamos esta querida Patria.
El proceso democrático, especialmente desde 1983 a la fecha ha dejado saldos positivos pero también deberemos mirar cómo, con el paso del tiempo, hemos vaciado de contenido a la política argentina llevándola a una discusión razonable de ideas, a un enfrentamiento casi personal de dirigentes que hemos perdido de vista que por encima de las distintas posiciones, aún legítimas, está el interés común y es ahí donde tenemos que hacer hincapié.
Nadie puede realizarse en una sociedad que no se realiza en su conjunto, nadie puede pretender un destino de grandeza individual en una sociedad donde muchos, y últimamente donde casi todos atraviesan situaciones difíciles, tan difíciles que aún teniendo empleo podemos estar por debajo de la línea de pobreza. No de la indigencia, aunque también hay muchos argentinos bajo la línea de indigencia y eso debe preocuparnos.
Ante este análisis sobre las metas comunes, sobre la necesaria planificación que debe tener el estado a la hora de conducir los destinos de los dineros de todos y ante esta necesaria relación y definición de lo que significa la política hoy, que es una discusión interminable de las distintas posiciones y ese vaciamiento de lo que debe ser una discusión de metas, de proyectos, de presente y de futuro que necesitamos los argentinos.
Creo que deberemos entender que lo único que articula una sociedad es la generación de trabajo digno. Los sanjuaninos hemos entendido que ese es el camino. Hemos obtenido metas que son orgullo de todos y que no son de realización de nadie de manera individual, como en estos últimos tiempos, fundamentalmente más de tres años donde logramos hacer descender el desempleo, entendiendo que es mucho más lo que tenemos que hacer y que estamos todos convocados a poderlo lograr.
Felicitaciones a la Iglesia, a la Comisión de Justicia y Paz, a monseñor Lozano, panelistas que aportan de manera directa, no solo con palabras sino con hechos a construir una provincia y una sociedad que tenga espacio para todos.
Hemos hecho esfuerzos que han venido en línea de poder mantener y también de incrementar la gobernabilidad y la institucionalidad en la provincia.
Creo necesario hacer mención a dos cosas importantes, una de carácter político-económico, como fue haber cumplido con los municipios de San Juan, sancionando una Ley de Coparticipación Municipal en épocas de crisis que daba proyección y fundamentalmente previsibilidad a las intendencias. Y en orden de poder generar medidas que puedan trascender el presente y que puedan proyectarnos hacia las próximas décadas, se puso en marcha el Plan Mil Días, con una mirada abarcadora, que nos permite pensar que aportamos a una niñez distinta, con igualdad de oportunidad para todos.
A eso nos hemos dedicado los sanjuaninos y creo que los resultados son tangibles por todos y ahora la convocatoria, en estos tiempos de crisis, es que podamos visibilizar que nadie se va a poder salvar de manera individual cuando la complejidad de la situación nos va a tocar a todos de manera colectiva.
La convocatoria es a que podamos encontrar nuevamente caminos de comunión, que podamos rediscutir presente y futuro de esta provincia y que desde acá también podamos aportar al país”, concluyó el gobernador Uñac.
Conceptos de monseñor Lozano
"Un trabajo que tiene según lo que queremos plantear, algunas dimensiones que nos pueden ayudar a percibir las situaciones concretas que estamos viviendo tanto en la provincia como a nivel regional y nacional.
Cuando pensábamos en esta temática y en la organización de la Semana Social, nuestra idea, sin saber cómo sería el escenario que estamos transitando, nos pareció que era algo que nos incumbe y que más allá de las coyunturas particulares es algo sobre lo cual tenemos que pensar y decidir.
En estas palabras de apertura yo quisiera que nos miremos a nosotros mismos y nos reconozcamos unidos por lazos que son importantes. Ninguno de nosotros es un ser aislado del otro, pero más allá del nivel de conocimiento personal que tenemos unos de otros, nos reconocemos como miembros de una misma sociedad y de un mismo pueblo. Y en esta unidad que tenemos el trabajo ocupa un lugar muy importante. Por un lado vemos al trabajo como algo que dignifica a la persona humana, lo que le ayuda como dice el Papa Francisco, a desplegar sus cualidades humanas. El trabajo no es solamente una fuente de ingresos, pero primariamente es esta posibilidad de desplegar las cualidades que cada uno de nosotros tiene y desplegando estas cualidades lograr un sustento digno para la vida familiar. Trabajo que si no alcanza para salir de la línea de pobreza es un signo de preocupación. Lo sabemos y lo repetimos en forma insistente, el camino para salir de la pobreza es el trabajo dignamente remunerado, debidamente considerado. Sin embargo una de las problemáticas del trabajo que tenemos hoy es que aún quien tiene un trabajo debidamente registrado, ese trabajo por sí solo no es suficiente para salir de la línea de la pobreza. Pobres son no solo los desocupados, hoy muchos quienes tienen trabajo también están bajo la línea de la pobreza y este es uno de los problemas importantes a resolver y a plantearnos dentro de la sociedad.
Para nosotros, desde una mirada argentina y local tenemos que tratar de manera sincera y sistemática porque esto además se da en un contexto de un país que ha crecido económicamente. No es un país devastado por una catástrofe climática o natural, sino que es un país que habiendo tenido un crecimiento económico, ese crecimiento no ha sido suficiente o no ha sido distribuido de modo equitativo.
Por eso tenemos esta mirada del trabajo desde el punto de vista de la realización personal. Pero también tenemos que decir que el trabajo es motor del desarrollo social. Los trabajadores no solo despliegan sus cualidades para obtener un sustento digno para sus familias sino que el trabajo también hace patria, nos constituye como pueblo, como nación.
El trabajo promueve vínculos sociales, promueve organizaciones, cercanía, participación en el crecimiento de la Patria y la Nación. Frente a este desarrollo del pueblo hay algunas circunstancias o situaciones también que nos aquejan. Así como encontrábamos en el desarrollo personal trabajos que no alcanzan para el propio sustento, a nivel social también encontramos situaciones de trabajo que vulneran los derechos de las personas, los derechos humanos: menciono simplemente algunos y seguramente en los paneles que vamos a desarrollar entre hoy y mañana irán surgiendo otros.
Pienso en las mujeres que a veces por un mismo trabajo tienen un salario que suele ser un 20 ó 25% menor que la asignación que percibe un varón por la misma cantidad de horas de trabajo.
Pienso también en adolescentes o niños que son impulsados a trabajar para colaborar con el sustento de sus familias.
Pienso también en la situación de quienes tienen capacidades diferentes y que muchas veces no encuentran un espacio para su inserción laboral.
Conversaba en estos días con quienes se dedican a acompañar a quienes por algún delito cometido están en situación de cárcel y cuando salen les cuesta muchísimo encontrar un trabajo debidamente registrado y remunerado. Son situaciones que de manera particular nos angustian, nos preocupan y que alcanzan a muchos hermanos nuestros.
Un tercer aspecto que vamos a considerar también es lo que tiene que ver con el cuidado del ambiente: el trabajo y el cuidado ambiental.
Nos duele en estos días lo que está sucediendo en la Amazonía, cómo la voracidad de las llamas se compara solamente con la voracidad económica de tener más y más rentabilidad y como no se respetan los suelos, la tierra, los ciclos naturales.
Nuestros hermanos obispos de Bolivia hicieron hace poco una declaración titulada -Nuestra casa está en llamas- y esto que nos golpea en los países hermanos, especialmente Brasil, Bolivia y Paraguay es un dolor grande que lo tenemos también en nuestro propio país.
Tampoco hemos sido responsables en Argentina en la aplicación de la Ley de Bosques y hay lugares en el noroeste y en el noreste donde se han talado bosques sin las precauciones necesarias y sin los estudios ambientales correspondientes.
Decían los obispos de Bolivia que todo ello responde a una lógica imperante del capitalismo tecnocrático y agresivo con la madre tierra y un modelo de desarrollo consumista y depredador de la naturaleza.- Recogían la enseñanza del Papa Francisco que nos pide escuchemos el clamor. El clamor de los pobres y el clamor de la tierra.
Esperemos que en estas jornadas que vamos a compartir tengamos oído atento a las exposiciones de los panelistas para ayudarnos al diálogo y a la búsqueda de los consensos que nos permita caminar juntos como pueblo y lograr que tengamos un estilo de vida cada vez más favorable especialmente para los más pobres, dolientes y sufrientes”.
