Oscar Cano, el gran árbitro de hockey que dio San Juan

Fueron 36 años dirigiendo en el mejor nivel, con trece campeonatos mundiales en Europa y América.

Los árbitros, generalmente, son los menos queridos en un partido, sea en el deporte que sea. La gente se descarga contra ellos, descarga sus frustraciones con insultos, también sus enojos van dirigidos a quien imparte justicia. Para Oscar Alfredo Cano todo eso influyó un poco en sus comienzos y luego lo fue naturalizando.

Sus dos nombres fueron un homenaje de su padre a Oscar Alfredo Gálvez, aquel gran piloto argentino del cual era fanático. Nacido hace 70 años en la Villa América, muy cerca de Social San Juan, donde jugó poco más de un año en las divisiones inferiores. Sin embargo, fue el fútbol el que lo conquistó para practicarlo con más seriedad y el hecho de que su papá fuera tesorero de San Martín hizo que se acercara al club de Concepción.

Allí comenzó a jugar, pasó por la Sexta y Quinta División y -en aquellas épocas- existía la Reserva, luego reemplazada por la Cuarta Especial y así fue que escalando divisiones llegó a jugar algunos partidos en Primera, desempeñándose en defensa por el sector derecho. De quienes fueron compañeros en aquella época, cada tanto se encuentra con Brizuela, Medina, Carvajal. De todos modos, apenas con 18 años dejó el fútbol.

Su relación con el hockey tiene un origen un tanto extraño, ya que con sus amigos de Social eran algo así como la barra brava del club y no faltaba motivo para pelearse con los hinchas de otros clubes. Eso fue así hasta que desde la Federación de Patín llegó un llamado de atención al club y por ese motivo, a Cano y sus amigos se les prohibió el ingreso a la cancha, pero les dieron una opción: que se anotaran como árbitros e hicieran el curso. Di Salvo, Nacho Carvajal y Oscar fueron los que hicieron caso y de ellos, solamente quedó él.

De esos comienzos, con 22 años, recuerda que, en Social, mientras entrenaban los jugadores de Primera, le permitían entrar y dirigir cuando había partido de práctica. Allí estaban Pelusa Cardozo, Esquivel, Juan Miguel, Quique Carvajal, Quito Molina y solían llegar Nievas, Ventrice o Toledo e iban corrigiendo y enseñándole sobre la marcha.

De sus colegas recuerda a Alcaide, González, Márquez, Cacho Souza, Montiveros, López, Carabajal, entre otros.

Claro que el arbitraje no era, precisamente, un medio para vivir, por lo que Oscar trabajaba de colectivero en la empresa La Capital; luego aparecieron los viajes de larga distancia, a Córdoba, con Socasa, hasta que dos años después ingresó a trabajar al Banco Alianza, posteriormente llegaría la etapa de Obras Sanitarias, hasta hace pocos años.

Oscar no es el único de la familia Cano en estar dentro del mundo hockey, ya que su hijo Sebastián se fue hace 16 años a Francia y -una vez nacionalizado- llegó a jugar para la selección del país galo. Actualmente, es director técnico y su hija (nieta de Oscar), es jugadora.

De los mundiales de 1970 y 1978 en nuestra provincia, guarda recuerdos gratos, pero siempre desde afuera, ya que su primer mundial como árbitro fue en Chile 1984; luego vendrían torneos en Portugal, Italia, Holanda, Alemania, además de los que se jugaron en distintos países de América. Sumó 13 mundiales dirigidos entre los siete de la B y seis de la A. El primero de la máxima categoría fue en 1989, en San Juan y ante la eliminación de Argentina de la final, él, que iba a dirigir el partido por el 5° puesto, fue comunicado que dirigiría la final del campeonato entre España y Portugal, con un francés y un suizo como jueces de arco. Aquella noche, cenaba tranquilo con sus colegas, como lo hacían al finalizar cada jornada, reuniéndose en “Los Faroles”. A ese lugar, llegaron las autoridades del torneo para comunicar las buenas nuevas para el árbitro sanjuanino, que al recordar dice “un mundial, en tu provincia, en el estadio, dirigir la final ante tu gente… ¿Qué más se puede pedir?”

Así, Oscar Cano siguió hasta los 58 años llevando sus conocimientos y siendo estricto en sus fallos, con muchas tarjetas mostradas, dirigiendo hockey sobre patines, sintiéndose muy orgulloso por lo logrado y por los amigos cosechados en su deporte.

Modificado por última vez en Martes, 23 Junio 2020 18:00