La evolución del reciclaje: la expansión de las 3R a las 5R

Los imparables cambios surgidos de la mano del desarrollo y los cambios de hábitos de las comunidades condujeron a ampliar los conceptos y las medidas con vistas a aplicar un modelo de desarrollo sostenible para generaciones futuras.

El concepto o regla de las 3R, surge como una propuesta vinculada la preservación ambiental y la sustentabilidad como consecuencia del impacto que los seres humanos causamos al medio ambiente.

Esta iniciativa surgió con la finalidad de desarrollar comportamientos responsables, relacionada a los hábitos de consumo en individuos, empresas y organizaciones, tomando como punto de partida el desarrollo sostenible, definido este último como la necesidad de satisfacer los deseos de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro.

El avance en las prácticas corporativas, gubernamentales, institucionales y hasta individuales ha generado la necesidad de replantear conceptos, prácticas y modelos de sustentabilidad. Es así que el modelo de las 3R, se ha expandido a 5R.

Las 5R de la sostenibilidad

Reducir: lo recomendable es replantearse si realmente necesitamos el producto o podemos prescindir de algunas de estas cosas y reducir el consumo: menos insumos, menos desperdicio, menos peso y distancia para el transporte (reducimos así la demanda de combustibles y el CO2), menos energía para la fabricación, menos energía para el almacenaje (refrigeración, asepsia, etc.), menos productos no degradables o reciclables, menos toxicidad a la salud, menos uso de recursos en general, menos impacto para el planeta.

Reparar: No hay nada lo suficientemente viejo o estropeado que no se pueda reparar. Una gran cantidad de objetos en nuestro hogar y oficina son desechados porque optamos por adquirir algo nuevo antes de reparar lo usado; textiles, electrónicos, mobiliario, calzado, equipo de cómputo, telefonía, entre otros.

Reutilizar: Muchas de las cosas que tiramos a la basura pueden tener un nuevo uso. El reúso de objetos o el diseño de los mismos para que sean fáciles de reutilizar genera un impacto favorable en el medio ambiente y en la economía de los individuos. Textiles y calzado que puedan ser donados, útiles y papelería, envases, contenedores, electrónicos, equipos de cómputo. Incluso el aceite utilizado en la industria alimenticia, los neumáticos de los autos o las mismas aguas grises. Todo puede tener una segunda vida antes de terminar en los vertederos.

Recuperar: Es posible recuperar de aquellos objetos de desecho, algunos de sus componentes para que puedan ser utilizados nuevamente; un buen ejemplo son los metales, que pueden ser separados de los distintos equipos que desechamos y nuevamente ser utilizados, los componentes de equipos electrónicos o eléctricos, entre muchos otros.

Reciclar: Para poder incorporar de nuevo los materiales al ciclo productivo y transformarlos en materia prima, tenemos que empezar separando nuestros residuos en diferentes contenedores. El objetivo es, evitar que los distintos elementos se contaminen, para poder reincorporarlos al ciclo productivo. Crear un artículo que vuelva a la cadena de recursos, que tenga un sistema fácil y robusto para la recuperación de sus materiales, y que use materiales reciclados o reciclables siempre que sea posible.

Modificado por última vez en Lunes, 16 Mayo 2022 21:59