Huampi, gobernador de varias tribus, era un cazador por naturaleza con un valor indomable y una destreza para el uso de las armas. Todo animal que se movía estaba destinado a perecer bajo el arma del cazador. Fuese día o noche, Huampi cazaba. Hasta que un día Llastay, dios protector de las aves, hizo acto de presencia y le ordenó a Huampi dejar la matanza de la fauna.
Huampi poco caso hizo y siguió con sus andanzas, a pesar de las advertencias de la divinidad. Este siguió cazando hasta que la Pachamama se le presentó y consigo trajo un aire que le azotó su rostro, quemó su piel y un silbido lastimero y terrible para el oído del joven. Este personaje forma parte una leyenda huarpe sobre el origen del viento Zonda.
Claudia Cerminaro, escultora proveniente de la provincia de Buenos Aires, hace honor al movimiento del aire y la tierra con su obra “Soplo”. Esta consiste en representar en una forma espiralada como el movimiento de las aspas de un molino que se forma en cámara lenta en lugares desérticos cuando el polvo o hierbas locales se envuelven con el viento.
La obra de Claudia Cerminaro estará emplazada en la Plaza del Aire del Parque Escultórico Anchipurac. Está compuesta por tubos de PVC que van entrecruzándose teniendo como resultado una forma espiralada. Al ser realizada con este material, su durabilidad permite perdurar por un tiempo muy largo.
Uno al leer o imaginarse la idea que plantea la artista puede vislumbrar nuestro viento originándose en la Quebrada de Zonda. Más allá de nuestro vino, nuestro sol, nuestros paisajes, el Zonda marca la rudeza del suelo sanjuanino.
